Mercado del Ensanche: un ambiente inmejorable para que todo funcione a la perfección

Para que el mercado funcione de la mejor forma posible, quienes atienden los puestos se tienen que llevar bien. Una gran familia. Así lo define Ander, trabajador del Mercado del Ensanche. Siendo tan pocos como quienes día tras día se encargan de los puestos del mercado, pudiese parecer que el mercado pertenece a una persona y que todos ellos trabajan con gran sinergia para lograr los mejores resultados. Cada uno/a se preocupa de su puesto, pero a lo largo de los días además de compartir la mayoría de sus clientes, las encargadas y encargados de los puestos también comparten risas, anécdotas y algún que otro café. “Trabajar en un mercado como el nuestro es un privilegio, en todos los sentidos, en horario, en clientela…”, declaraba Ander orgulloso de formar parte de este grupo. A pesar de no ser un mercado excesivamente grande ni un punto de interés a los ojos de los turistas, el Mercado del Ensanche es un punto de encuentro para las vecinas y vecinos del barrio. Compradores que se conocen entre ellos y conocen a quienes atienden los puestos de toda la vida. Clientela fiel que acompañado de sus hijos/as o de sus nietos/as visitan el mercado semanalmente y que disfrutan del trato y cercanía de las personas que les atienden cada vez que se pasean entre los puestos.

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